miércoles, 29 de noviembre de 2017

POR MI CULPA, POR MI CULPA, POR MI GRAN CULPA !


En algún momento de nuestra vida llegamos a considerar que no valemos como quisiéramos.
No nos sentimos valiosos porque nuestras cosas no salen como pensamos que deberían salir, o porque no tenemos el trabajo, la pareja, el dinero, las relaciones, las cosas, las emociones o los placeres que deseamos. Todo esto tiene un origen, un origen creado  por nosotros mismos, porque todo eso que consideramos que no somos o que no tenemos, lo hemos fabricado  desde nuestra mente inconsciente llena de programaciones y condicionamientos, y se llama CULPA.
Si, la culpa es esa emoción detrás de todo sentimiento de desvalorización. Ella es la manera o la herramienta que utilizamos para desvalorizarnos, porque cuando generamos culpa debemos resarcirla, y la manera más fácil es castigándonos, porque la culpa implica castigo, la falta trae consigo la pena, y precisamente esa culpa inconsciente es la que nos lleva a castigarnos para poder desvalorizarnos. ¿Pero porque pasa esto?, ¿Por qué sucede si conscientemente queremos o creemos ser seres valiosos?, ¿ porque si nuestros amigos, familiares, terapeutas, líderes religiosos, profesores,  autores de auto superación, y cuanta gente nos podamos imaginar nos dicen que valemos mucho, las cosas no nos salen como consideramos que deberían salirnos?, ¿Por qué si hacemos cambios en nuestra conducta, en nuestros hábitos, en nuestra manera de ver el mundo volcándonos hacia la ética y la responsabilidad, no obtenemos lo que por derecho nos pertenece?
Esto sucede porque en algún momento nuestra mente inconsciente considero gracias a un aprendizaje, que la solución para sobrevivir era desvalorizándonos, y ¿cómo hicimos para hacerle caso a ella y desvalorizarnos para sobrevivir? Por medio de la culpa, esa que desde pequeños aprendimos a verla como un aspecto innato, esa que nos hicieron repetir tres veces golpeándonos el pecho. Porque cuando sentimos culpa hacemos que nuestras cosas no salgan como queremos, porque es necesario que salgan como no deberían salir para castigarnos y así sentir alivio al considerar, inconscientemente, que estamos reparando eso que nos generó culpa.
¿Pero porque una manera de sobrevivir seria desvalorizarnos? Porque si por ejemplo un niño no es apreciado por sus padres, no es atendido emocionalmente por ellos, no lo consienten, no hay tacto, no hay afecto por él, más que cuando enferma, o cuando le va mal, o cuando pierde algo importante en su vida, puede llegar a generar la creencia de “para que mis padres me pongan atención, necesito caer en situaciones difíciles” y cuando adulto inconscientemente va a hacer todo lo posible para caer en ese tipo de situaciones porque tiene la creencia que eso le va a traer un beneficio emocional.  Otro ejemplo, una pareja se entera que van a tener un hijo y cada uno se despacha en recriminaciones, en insultos, en culparse el uno al otro para llegar a la conclusión que “por ese bebe yo renuncie a mis sueños”, ahí ese bebe, dentro del vientre de su madre, va a recibir una información inconsciente de “por tu culpa yo deje mi vida” y ¿Qué hace el inconsciente de ese bebe? Tratar de reparar eternamente esa situación llenándose de culpa al haber “dañado” la vida de quien  precisamente, le permitió la suya.
Y así podemos citar cientos de ejemplos, pero no solo aprendemos esa culpa, sino que como mencione anteriormente la traemos en nuestro inconsciente colectivo, la traemos en nuestro árbol genealógico, terminamos haciéndonos  culpables en vez de responsables, de conductas heredadas.
Así que los invito a buscar esas culpas y convertirlas en RESPONSABILIDADES, y de esa manera comenzar a hacer consciencia y generar cambios significativos en nuestra vida.

Procesos de desarrollo de consciencia
Terapias, charlas y talleres enfocados desde una perspectiva psicológica y espiritual.
Luis Giovanni Castañeda Ramírez.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

CARTA A MIS COLEGAS


Nuestra labor como terapeutas.

Colegas!! Realmente estamos trabajando en hacer algo de diferencia en la manera de trabajar con las personas que confían en nosotros?
Maestro, gurú, sanador, guía….títulos, títulos y más títulos, pero siempre está la opción “ ninguna de las anteriores”.
Realmente hasta hace un tiempo consideraba que una buena manera de llamar a quienes trabajamos en el área del desarrollo de consciencia seria “guía” pero en este momento para mí ni ese término hace referencia a una labor que debería,  en principio, liberarse de condicionamientos, definiciones, estéticas, dogmas, adornos conceptuales, en fin, del ego, y aunque incluso mi tarjeta de presentación dice “especialista” porque ese es el título que me dio la universidad, y lo agradezco, tampoco es una manera fiel de nombrarse en esta labor.
Nada de esto aporta a un proceso, solo nos ubica en un trono, nos pone más arriba del consultante, nos exalta y nos separa, nos limita, cuando la finalidad última de las cosas debería ser entendida como “unidad”, unidad tenida  en cuenta, no como la unión literal entre cada uno de nosotros, no, sino como el objetivo principal a superar en el plano dual que habitamos, comprender que todo está en nosotros, y que nosotros somos parte de todo, pero no como una idea, sino como una experiencia, porque si lo hacemos solo como una idea quedaría unicamente como un conjunto de palabras relegadas al intelecto racional, y terminaríamos de nuevo limitándonos.
No podemos ser maestros de nadie, teniendo en cuenta la sublimación de la palabra “maestro” en este contexto, porque solo somos aprendices eternos, no podemos ser gurús porque no es nuestra labor aconsejar, no podemos ser sanadores, porque la sanación es un tema íntimo, algo que cada quien lo debe hacer, no podemos ser guías, porque si pretendemos mostrarle el camino a alguien terminaríamos cayendo de nuevo en una actitud egoica, pretensiosa, y al final del día más que quedarse con amigos o personas  con quienes trabajamos, quedaríamos repletos de seguidores, de súbditos, de fieles, y eso es algo que encerraría la toma de consciencia en un círculo estéril, muerto.
Con todo esto no quiero decir que sea malo o bueno tener una manera de nombrar nuestra labor, solo que deberíamos reflexionar al respecto y darnos nuestro lugar en ella, ¿pero cuál es nuestro lugar? Porque si encontramos cual es podríamos nombrarnos de una  manera responsable, entonces ¿Cuál cree usted que es nuestro lugar? , no es arriba de la persona que consulta, no es debajo de ella, no es ni atrás, ni adelante, es a su lado, solo eso, es estar a su lado, acompañándola en esa búsqueda, o más bien, acompañándonos en esa búsqueda, porque si de algo me he dado cuenta con mi experiencia es que al trabajar con una persona, el caso que esta expone manifiesta aspectos míos a revisar, es mágico sí.
Así que eso es lo que hacemos, o deberíamos tener en cuenta para hacer, acompañar, nada más, acompañar a las personas que confían en nosotros y con el conocimiento que tenemos gracias al estudio y la experiencia, exponerles el mapa, un mapa que será utilizado por el consultante y que nosotros seguiremos, solo que en ese mapa seremos nosotros dentro de nuestra labor, los que marcaremos con “X” esas partes a tener en cuenta,  pero la guía, el control, quien dicta para donde ir o no, es cada consultante, porque por más que lleguen a consulta diciendo “es que no se para dónde ir, o como arrancar”, siempre saben, inconscientemente siempre sabemos, nuestro espíritu siempre lo sabe.
No siendo más, espero reflexionemos sobre esto, trabajemos en despertar consciencia, no en enredarnos ni enredar a los consultantes con nuestras propias trampas, prejuicios y laberintos egoicos, simplemente acompañemos siendo conscientes de ello.

Atentamente:
Luis Giovanni Castañeda Ramírez

Procesos de Desarrollo de Consciencia
Talleres, charlas y terapias de tipo psico-espiritual.



viernes, 10 de noviembre de 2017

¿CUAL ES MI TRABAJO COMO TERAPEUTA?

Foto: Obra del artista frances MTO.

¿Quiere saber qué es lo que yo hago como terapeuta?

Muchas personas se extrañan, y con razón, al escuchar las palabras “terapia transpersonal”. ¿Y eso que es?, ¿con que se come?, ¿para qué sirve?, ¿me soluciona la vida?.... por esta razón quiero intentar contarles de una manera sencilla, y con metáforas para hacerla más amena, cual es mi labor en la terapia transpersonal.
Bien,  hagan de cuenta que ustedes tienen una casa y que están afuera de ella porque se tienen que ir a trabajar, a estudiar o a hacer cualquier actividad fuera, pero salieron y por andar de afán, desconectados, dormidos, dejaron las llaves adentro, que lío ¿cierto?, tienen que ir de nuevo a buscarlas,  ver por donde entran y lo peor de todo, si logran entrar se van a encontrar con una casa desordenada, sucia, vieja, oscura….quieta. Y además si se tienen que meter por una ventana van a sentirse juzgados por sus vecinos, y  al pensar en ello más pereza y más zozobra les va a generar el “problema”, es decir, el hecho que se le hayan quedado las llaves dentro de la casa. ¿pero cómo entro yo en acción?, acompañándolo, nada más, yo me devuelvo con usted hasta la casa, usted me va comentando las posibles entradas, una ventana, el altillo, el patio trasero, y una vez decidimos entre los dos por donde entrar de la manera más adecuada, pues entramos, siempre lo voy a acompañar, y usted comienza a guiarme por su casa, a mostrarme las habitaciones y los posibles lugares en donde podríamos encontrar las llaves, y yo sigo ahí, acompañándolo, pero al mismo tiempo y a medida que usted me va mostrando la casa, yo voy encendiendo uno que otro bombillo en habitaciones que estan a oscuras, haciéndole ver uno que otro “turupe” en el tapete, porque quizá ese abultamiento sean las llaves ahí debajo, le muestro un cumulo de ropa sucia que tiene arrumada en el patio pues de pronto entre una de sus chaquetas están las benditas llaves, y así vamos recorriendo la casa, guiados por usted, pues es usted el que la conoce, yo solo sigo acompañándolo, y una vez que encontramos las llaves, yo me retiro en silencio, porque yo no le voy a arreglar la casa, no se la voy a limpiar, ni a pintarla ni a cambiarle las bombillas fundidas, yo solo lo acompañe a entrar, le acompañe a meternos por un lugar no habitual, lo acompañe para que usted mismo viera el desorden en el que la tiene y listo, ya usted tiene sus llaves, se puede ir tranquilo a hacer las actividades que tenga que hacer fuera de su casa, y quizá cuando llegue, o el fin de semana, o en un año, eso depende de usted, se coloque unos guantes, tome escoba, cepillo, pintura y se prepare para comenzar a cambiarle el aspecto a esta, para que con el tiempo esas llaves tengan menos posibilidades, menos lugares incómodos, sucios u olvidados donde esconderse.
Y esa es mi labor, eso hago yo cuando usted acude a una terapia conmigo, acompañarlo a su casa, es decir, a su vida presente y pasada, ver por donde accedemos a ella, es decir con cual herramienta o dinámica podemos entrar a revisarla más fácil, y lo acompaño porque entrar en nuestra sombra, en nuestro desorden no es fácil ni placentero, recordar, revivir situaciones dolorosas no es para todos y no todos tenemos porque ir solos, pero aun así, yo no le soluciono sus cosas, yo solo lo acompaño para que se dé cuenta de algo de lo que no se ha querido, o no ha podido darse cuenta, es decir, vamos juntos a encontrar esas llaves, ese mensaje que cada situación difícil, cada “problema” tiene para usted porque si encuentra ese mensaje, si lo descifra,  sus llaves aparecen, es decir, su “problema” va a tener la oportunidad de ser solucionado, pero igual que con lo anterior, usted decide cuándo, usted, una vez con las llaves en la mano, tiene el poder de decidir conscientemente cuando comienza a arreglar su situación, e incluso decidir si quiere o no arreglarla, eso es su proceso, su intimidad y ahí nadie le puede juzgar, presionar, ni hacer por usted.
Eso es la toma de consciencia, encontrar el mensaje oculto debajo de un síntoma, de una situación difícil, dolorosa, debajo de un “problema”, porque toda esta situación tan compleja, la puso usted mismo en frente suyo, usted mismo la trajo a su existencia para darse un mensaje con respecto a algo que es necesario revisar en su vida, pero una vez toma consciencia es usted quien comienza el proceso de cambio, porque si deja en manos de otro los cambios necesarios, el poder se lo otorga a ese otro, y usted continua con la deuda a reparar.
Así que si necesita que lo acompañen a buscar las llaves contacteme y vamos.

Luis Giovanni Castañeda Ramírez

Procesos de Desarrollo de Consciencia
Sesiones terapéuticas, charlas y talleres enfocados desde una perspectiva psico-espiritual.