En algún momento de nuestra vida llegamos a considerar que no valemos
como quisiéramos.
No nos sentimos valiosos porque
nuestras cosas no salen como pensamos que deberían salir, o porque no tenemos
el trabajo, la pareja, el dinero, las relaciones, las cosas, las emociones o
los placeres que deseamos. Todo esto tiene un origen, un origen creado por nosotros mismos, porque todo eso que
consideramos que no somos o que no tenemos, lo hemos fabricado desde nuestra mente inconsciente llena de
programaciones y condicionamientos, y se llama CULPA.
Si, la culpa es esa emoción detrás de todo sentimiento de desvalorización.
Ella es la manera o la herramienta que utilizamos para desvalorizarnos, porque
cuando generamos culpa debemos resarcirla, y la manera más fácil es castigándonos,
porque la culpa implica castigo, la falta trae consigo la pena, y precisamente
esa culpa inconsciente es la que nos lleva a castigarnos para poder
desvalorizarnos. ¿Pero porque pasa esto?, ¿Por qué sucede si conscientemente
queremos o creemos ser seres valiosos?, ¿ porque si nuestros amigos,
familiares, terapeutas, líderes religiosos, profesores, autores de auto superación, y cuanta gente
nos podamos imaginar nos dicen que valemos mucho, las cosas no nos salen como consideramos
que deberían salirnos?, ¿Por qué si hacemos cambios en nuestra conducta, en
nuestros hábitos, en nuestra manera de ver el mundo volcándonos hacia la ética y
la responsabilidad, no obtenemos lo que por derecho nos pertenece?
Esto sucede porque en algún momento nuestra mente inconsciente
considero gracias a un aprendizaje, que la solución para sobrevivir era desvalorizándonos,
y ¿cómo hicimos para hacerle caso a ella y desvalorizarnos para sobrevivir? Por
medio de la culpa, esa que desde pequeños aprendimos a verla como un aspecto
innato, esa que nos hicieron repetir tres veces golpeándonos el pecho. Porque cuando
sentimos culpa hacemos que nuestras cosas no salgan como queremos, porque es
necesario que salgan como no deberían salir para castigarnos y así sentir
alivio al considerar, inconscientemente, que estamos reparando eso que nos generó
culpa.
¿Pero porque una manera de sobrevivir seria desvalorizarnos? Porque si
por ejemplo un niño no es apreciado por sus padres, no es atendido
emocionalmente por ellos, no lo consienten, no hay tacto, no hay afecto por él,
más que cuando enferma, o cuando le va mal, o cuando pierde algo importante en
su vida, puede llegar a generar la creencia de “para que mis padres me pongan atención,
necesito caer en situaciones difíciles” y cuando adulto inconscientemente va a
hacer todo lo posible para caer en ese tipo de situaciones porque tiene la
creencia que eso le va a traer un beneficio emocional. Otro ejemplo, una pareja se entera que van a
tener un hijo y cada uno se despacha en recriminaciones, en insultos, en
culparse el uno al otro para llegar a la conclusión que “por ese bebe yo
renuncie a mis sueños”, ahí ese bebe, dentro del vientre de su madre, va a
recibir una información inconsciente de “por tu culpa yo deje mi vida” y ¿Qué hace
el inconsciente de ese bebe? Tratar de reparar eternamente esa situación llenándose
de culpa al haber “dañado” la vida de quien
precisamente, le permitió la suya.
Y así podemos citar cientos de ejemplos, pero no solo aprendemos esa
culpa, sino que como mencione anteriormente la traemos en nuestro inconsciente
colectivo, la traemos en nuestro árbol genealógico, terminamos haciéndonos culpables en vez de responsables, de conductas
heredadas.
Así que los invito a buscar esas culpas y convertirlas en
RESPONSABILIDADES, y de esa manera comenzar a hacer consciencia y generar
cambios significativos en nuestra vida.
Procesos de desarrollo de
consciencia
Terapias, charlas y talleres enfocados desde una perspectiva psicológica
y espiritual.
Luis Giovanni Castañeda Ramírez.