miércoles, 28 de febrero de 2018

EL PRIMER PASO O LA VERDADERA HAZAÑA DEL HÉROE


Antes de mover un brazo o una pierna debo querer hacerlo, de esta manera mi intención se transforma en acción.

Y así es, el primer paso para solucionar cualquier situación compleja en mi vida es QUERER HACERLO, de lo contrario daremos vueltas alrededor de dicha situación sin lograr solucionar nada, solo conformándonos con “pañitos de agua tibia” que a la larga lo único que hacen es que esa situación, que no es más que energía acumulada por una emoción no resuelta, se vuelva incontrolable haciéndonos caer cada vez desde una altura mayor.
Sé que en muchas ocasiones hemos querido cambiar algo que sentimos que nos afecta de una manera negativa nuestra vida, ya sea un problema físico, económico, psicológico, un problema de pareja, de trabajo, en fin, pero que al revisar lo único que vemos es que no ha sucedido nada, y nos llenamos de justificaciones, de frases como “que le hacemos, así soy yo”, o “para eso nací”, o “es que pareciera que el mundo está en mi contra” o peor aún “ese es mi destino”, y precisamente eso es lo que el famoso psiquiatra suizo Carl Jung ejemplifico diciendo “hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente dirigirá tu vida, y tú le llamaras destino”.
Y así damos vueltas y vueltas culpando al mundo, juzgando a la vida, creyendo que somos héroes por soportar una existencia tan difícil cuando lo único que somos es simplemente personas que lograron acomodarse muy bien a su dolor. Eso y nada más.
¿Porque cree usted que no puede cambiar algo que siente que no le aporta un bienestar? Y no nos vengamos con el cuento que si queremos hacerlo, que estamos totalmente dispuestos a cambiarlo, a salir de ese bache, a salir de esa mala situación, porque ni nosotros mismos nos lo creemos, porque si realmente quisiéramos hacerlo simplemente lo haríamos dando ese primer paso, de verdad QUERIENDO HACERLO, no auto engañándonos diciéndonos a nosotros mismos que queremos hacerlo para al final no tomar cartas en el asunto, quedarnos en nuestra comodidad y encima de todo, llenarnos de culpa a nivel inconsciente, y esa culpa de verdad es brava, más brava que la culpa consciente (que realmente es una artimaña de nuestro ego). Pero volvamos al tema, y le repito ¿porque cree usted que no puede cambiar algo que siente que no le aporta un bienestar?, por la simple razón que eso que usted quiere cambiar porque cree que no le aporta, si le aporta, y eso que esa situación difícil le da a su vida es mucho más importante para su inconsciente que lo que usted considera que necesita realmente. Ahora usted se preguntara ¿pero si es tan importante y me aporta, porque lo quiero cambiar?, porque eso no es un deseo, es una necesidad, algo que usted en medio de su proceso de evolución necesita para avanzar, porque lo que no puede cambiar, es decir eso que usted no puede soltar, es lo que erróneamente su inconsciente dicta y su ego lo justifica diciendo o haciéndole creer a usted que lo necesita. Un ejemplo claro de esto es una enfermedad o síntoma físico, usted se enferma (lea con detenimiento, USTED se enferma, no escribí, a usted lo enferman) y esa enfermedad obviamente le trae un malestar físico y emocional, pero si revisa muy en el fondo esa enfermedad le aporta algo, quizá le aporta atención de parte de los suyos, quizá le aporta un lugar en el mundo, un título, un puesto que ocupar, y por eso su inconsciente al ver que eso de alguna manera le sirve para sentirse “seguro” lo mantiene. Entonces, conscientemente queremos cambiar pero inconscientemente no, y ¿Cómo hacemos entonces para poder dar ese primer paso?, lo primero es de verdad querer hacerlo y por medio de la observación de su situación darse cuenta de cuál es el aporte, por incomodo que sea, que ese “problema” le trae a su vida, y a eso si le podríamos llamar valentía, ese es el verdadero héroe, el que enfrenta el origen incomodo de su falsa comodidad, el que se revisa por dentro sin culpar ni juzgar al mundo, el que valientemente decide dar el primer paso.


Luis Giovanni Castañeda Ramírez
Terapeuta Transpersonal
Sesiones Terapéuticas, charlas y talleres enfocados al entendimiento de la mente y comprensión de las emociones desde una perspectiva espiritual.


martes, 13 de febrero de 2018

LA DEPRESIÓN, UN MÉTODO DE SUPERVIVENCIA




¿Quién no la ha sentido?, ¿Quién no ha tenido un “bajonazo”?, creo que en mayor o menor medida casi todos hemos experimentado un estado depresivo, pero no lo confunda con tristeza, no, la tristeza o el dolor es una emoción básica, la depresión es un estado mucho más fuerte, mucho más profundo, es casi inexplicable desde lo racional y en muchos casos a pesar de estar conectado con una determinada situación o shock emocional esta no es fácilmente reconocible muchas veces, esa depresión no tiene una raíz evidente, por ello puede hacerse tan complicada de sobrellevar.
La palabra depresión viene del latín Depressio (hundimiento), que nos remite metafóricamente a ese estado, pues en ese momento lo que sentimos es que nos hundimos, que nos caemos, que nos “bajamos de nota”, en ese momento nos suspendemos o quisiéramos suspendernos como un computador para luego reiniciarnos con más energía. ¿Pero qué sucede realmente en ese estado? Como todas las “enfermedades” o síntomas mejor que tengamos en nuestra vida, son una manera en que nuestro cuerpo reacciona a una información de nuestra mente inconsciente para solucionar algo, para reparar algo que como situación trae implícito un mensaje, por ejemplo, ¿Qué pasa cuando estornudo? Alejo a quien este en frente mío o expreso que el ambiente en el que me encuentro me produce alergia, es decir, no me gusta en donde estoy o con quien estoy, de esta misma manera la depresión es una herramienta que utiliza nuestro cerebro para protegernos. ¿pero cómo es esto?, cuando tenemos una emoción (energía en movimiento) que se ha estancado, sea de hace unas semanas, años, o incluso una emoción estancada en mi inconsciente familiar (árbol genealógico) nuestra mente racional intenta gestionarla, organizarla, de alguna manera archivarla para dar limpieza y orden en nuestra memoria, pero como esa emoción está estancada quizá porque su origen fue una situación que genero un shock muy grande entonces se guarda en la mente inconsciente, pero eso no significa que se ha ido, no, significa que está ahí en espera de ser puesta en movimiento. Luego de esto cuando una emoción de ese calibre no se gestiona, sale a flote en ciertas ocasiones ya sea porque recordamos la situación o porque nuestro cerebro relaciono algo de nuestro ambiente con esa emoción guardada, ejemplo, un niño es insultado por su madre mientras come un sándwich de atún, cuando grande puede generar una alergia al atún o cuando entra en contacto con un sándwich similar puede entrar en depresión porque su cerebro relaciono esa comida con el insulto de su mamá, así de sencillo y complejo a la vez puede ser, así de extraño y casi que ilógico podemos funcionar, bueno en realidad funcionamos casi todo el tiempo de una manera inconsciente y como ese inconsciente no entiende la lógica estamos casi todo el tiempo actuando ilógicamente (si fuéramos tan lógicos y racionales no tendríamos tantas cosas de que quejarnos ¿no le parece?). Bien, esto pasa porque nuestro cerebro busca tres cosas básicamente, la supervivencia, la comodidad y el placer, y dentro de esa comodidad esta hacer las cosas prácticas, y para organizar las emociones las agrupa con símbolos que estaban presentes en el medio ambiente en el que dichas emociones surgieron, esto le permite encontrar mucho más fácil y rápido los archivos emocionales en determinados momentos. Bien, así funcionamos básicamente, ¿pero cómo entra a ser una solución la depresión?, cuando el shock ha sido muy grande, imposible de solucionar por nuestra mente racional, pasa a un nivel inconsciente y actúa en una dinámica que acabamos de ver, luego al no ser gestionada y al manifestarse en diferentes puntos de nuestra vida, es necesario buscar una solución de supervivencia, y que mejor que “apagarse” un rato para no correr riesgo.  Esa depresión entra a ser herramienta de supervivencia del inconsciente y mensajera al mismo tiempo, nos da sin querer queriendo un mensaje el cual deberíamos atender para solucionar algo y al mismo tiempo utiliza una depresión para hacer frente a la cuestión de dicho mensaje, cuando atendemos el mensaje ya no se necesita esa herramienta, y la depresión comienza poco a poco (en algunos casos es inmediato) a ser tratable y luego comenzamos a encontrar las claves para desactivarla. Ejemplo, una mujer está esperando su primer hijo, cuando está por dar a luz recibe la noticia de que su padre (el abuelo del bebe) ha fallecido mientras disfrutaba de un crucero, la tristeza que rápidamente se convierte en depresión embarga a la madre y por ende al bebe que se alimenta de las emociones de su mamá, el bebe nace y al crecer presenta síntomas de depresión recurrentes sin explicación lógica alguna, ¿Qué paso? El origen de su depresión está en la emoción que recibió de mamá en aquel momento y como forma de lealtad a su madre, a su clan (porque para ser bien recibidos por nuestro clan terminamos siendo, incluso sin importar el precio, leales a él) se pone encima una tristeza tan profunda que se convierte en depresión y que él no sabe de donde proviene, ahora, el mensaje seria la necesidad de trabajar con su madre la expresión sana y el duelo adecuado de su abuelo, y la herramienta de supervivencia podría ser algo así, pensemos en que el niño ya grande lo invitan a un paseo con amigos y antes de partir se entristece, los familiares dicen que es que está muy apegado a sus padres y le da miedo irse con gente que no es de la familia, pero realmente es que su inconsciente recuerda que su abuelo murió disfrutando de un crucero, así que para no correr riesgos me deprimo antes de irme de paseo con mis amigos, me deprimo a tal punto que no viajo y mi inconsciente descansa, se siente seguro de nuevo. Así funciona como herramienta, obviamente esto no cuadra dentro de la lógica y de los deseos y derechos que tenemos plenamente de disfrutar de la vida, pero precisamente por eso es importante hacer una toma de consciencia de cada uno de los síntomas que usted pueda presentar, en este caso de una depresión, para así poder gestionarlos y solucionar el conflicto interno.
También una depresión puede actuar como herramienta por el simple hecho de que si estamos en un estado de estrés muy grande corremos el riesgo de pasar una calle sin mirar a los lados por estar distraídos en el “problema”, corremos el riesgo de tomar decisiones que nos afecten negativamente o afectar a otros, corremos riesgo porque al perder el enfoque en nuestra vida por una situación en particular nos volvemos vulnerables, y al deprimirnos queremos dormir, descansar, quedarnos quietos e incluso encerrarnos en casa, ¿no es desde muchos puntos de vista una manera de protegernos?, piense en esto, su pareja lo deja y aparte ve como le ha sido infiel y mantiene otras cinco relaciones, ¿su mente está clara luego de enterarse de esto?, no, por eso se deprime, no por la falta que cometió su pareja, sino como método para que no sufra un accidente o tome una mala decisión, su depresión lo está protegiendo, su inconsciente mando esa solución de supervivencia, y así sucede con cualquier otro síntoma.
Bien, y entonces ¿debemos celebrar la depresión?, tanto como celebrarla no, pero si agradecerle, al hacer esto la aceptamos desde una perspectiva diferente y eso nos permite gestionarla y encontrar el mensaje y el conflicto o la situación de origen para poder trabajarla de raíz, eso nos permite hacer una toma de consciencia para que así cualquier tratamiento que le estemos dando a esa depresión sea cien por ciento efectivo, ¿Por qué? Porque ya no solo vamos a tratar los síntomas, sino que vamos a generar un cambio desde la semilla del “problema”.
Así que cuando entre en depresión vívala, acéptela, no le huya, no intente cambiar su conducta a las malas sino más bien recíbala para que así ella misma le abra los ojos y le haga tomar consciencia para luego despedirla.

Luis Giovanni Castañeda Ramírez

Procesos de desarrollo de consciencia. 
Sesiones terapéuticas, charlas y talleres enfocados al estudio de la mente desde una perspectiva espiritual.