¿Quién no la ha sentido?, ¿Quién no ha tenido un “bajonazo”?, creo que
en mayor o menor medida casi todos hemos experimentado un estado depresivo, pero
no lo confunda con tristeza, no, la tristeza o el dolor es una emoción básica, la
depresión es un estado mucho más fuerte, mucho más profundo, es casi
inexplicable desde lo racional y en muchos casos a pesar de estar conectado con
una determinada situación o shock emocional esta no es fácilmente reconocible
muchas veces, esa depresión no tiene una raíz evidente, por ello puede hacerse
tan complicada de sobrellevar.
La palabra depresión viene del latín Depressio (hundimiento), que nos remite metafóricamente a ese
estado, pues en ese momento lo que sentimos es que nos hundimos, que nos
caemos, que nos “bajamos de nota”, en ese momento nos suspendemos o quisiéramos
suspendernos como un computador para luego reiniciarnos con más energía. ¿Pero qué
sucede realmente en ese estado? Como todas las “enfermedades” o síntomas mejor
que tengamos en nuestra vida, son una manera en que nuestro cuerpo reacciona a
una información de nuestra mente inconsciente para solucionar algo, para
reparar algo que como situación trae implícito un mensaje, por ejemplo, ¿Qué pasa
cuando estornudo? Alejo a quien este en frente mío o expreso que el ambiente en
el que me encuentro me produce alergia, es decir, no me gusta en donde estoy o
con quien estoy, de esta misma manera la depresión es una herramienta que
utiliza nuestro cerebro para protegernos. ¿pero cómo es esto?, cuando tenemos
una emoción (energía en movimiento) que se ha estancado, sea de hace unas
semanas, años, o incluso una emoción estancada en mi inconsciente familiar (árbol
genealógico) nuestra mente racional intenta gestionarla, organizarla, de alguna
manera archivarla para dar limpieza y orden en nuestra memoria, pero como esa emoción
está estancada quizá porque su origen fue una situación que genero un shock muy
grande entonces se guarda en la mente inconsciente, pero eso no significa que
se ha ido, no, significa que está ahí en espera de ser puesta en movimiento. Luego
de esto cuando una emoción de ese calibre no se gestiona, sale a flote en
ciertas ocasiones ya sea porque recordamos la situación o porque nuestro
cerebro relaciono algo de nuestro ambiente con esa emoción guardada, ejemplo,
un niño es insultado por su madre mientras come un sándwich de atún, cuando grande
puede generar una alergia al atún o cuando entra en contacto con un sándwich similar
puede entrar en depresión porque su cerebro relaciono esa comida con el insulto
de su mamá, así de sencillo y complejo a la vez puede ser, así de extraño y
casi que ilógico podemos funcionar, bueno en realidad funcionamos casi todo el
tiempo de una manera inconsciente y como ese inconsciente no entiende la lógica
estamos casi todo el tiempo actuando ilógicamente (si fuéramos tan lógicos y
racionales no tendríamos tantas cosas de que quejarnos ¿no le parece?). Bien,
esto pasa porque nuestro cerebro busca tres cosas básicamente, la
supervivencia, la comodidad y el placer, y dentro de esa comodidad esta hacer
las cosas prácticas, y para organizar las emociones las agrupa con símbolos que
estaban presentes en el medio ambiente en el que dichas emociones surgieron,
esto le permite encontrar mucho más fácil y rápido los archivos emocionales en
determinados momentos. Bien, así funcionamos básicamente, ¿pero cómo entra a
ser una solución la depresión?, cuando el shock ha sido muy grande, imposible
de solucionar por nuestra mente racional, pasa a un nivel inconsciente y actúa
en una dinámica que acabamos de ver, luego al no ser gestionada y al
manifestarse en diferentes puntos de nuestra vida, es necesario buscar una solución
de supervivencia, y que mejor que “apagarse” un rato para no correr riesgo. Esa depresión entra a ser herramienta de supervivencia
del inconsciente y mensajera al mismo tiempo, nos da sin querer queriendo un
mensaje el cual deberíamos atender para solucionar algo y al mismo tiempo
utiliza una depresión para hacer frente a la cuestión de dicho mensaje, cuando
atendemos el mensaje ya no se necesita esa herramienta, y la depresión comienza
poco a poco (en algunos casos es inmediato) a ser tratable y luego comenzamos a
encontrar las claves para desactivarla. Ejemplo, una mujer está esperando su
primer hijo, cuando está por dar a luz recibe la noticia de que su padre (el
abuelo del bebe) ha fallecido mientras disfrutaba de un crucero, la tristeza
que rápidamente se convierte en depresión embarga a la madre y por ende al bebe
que se alimenta de las emociones de su mamá, el bebe nace y al crecer presenta síntomas
de depresión recurrentes sin explicación lógica alguna, ¿Qué paso? El origen de
su depresión está en la emoción que recibió de mamá en aquel momento y como forma
de lealtad a su madre, a su clan (porque para ser bien recibidos por nuestro
clan terminamos siendo, incluso sin importar el precio, leales a él) se pone
encima una tristeza tan profunda que se convierte en depresión y que él no sabe
de donde proviene, ahora, el mensaje seria la necesidad de trabajar con su
madre la expresión sana y el duelo adecuado de su abuelo, y la herramienta de
supervivencia podría ser algo así, pensemos en que el niño ya grande lo invitan
a un paseo con amigos y antes de partir se entristece, los familiares dicen que
es que está muy apegado a sus padres y le da miedo irse con gente que no es de
la familia, pero realmente es que su inconsciente recuerda que su abuelo murió disfrutando
de un crucero, así que para no correr riesgos me deprimo antes de irme de paseo
con mis amigos, me deprimo a tal punto que no viajo y mi inconsciente descansa,
se siente seguro de nuevo. Así funciona como herramienta, obviamente esto no
cuadra dentro de la lógica y de los deseos y derechos que tenemos plenamente de
disfrutar de la vida, pero precisamente por eso es importante hacer una toma de
consciencia de cada uno de los síntomas que usted pueda presentar, en este caso
de una depresión, para así poder gestionarlos y solucionar el conflicto
interno.
También una depresión puede actuar como herramienta por el simple hecho
de que si estamos en un estado de estrés muy grande corremos el riesgo de pasar
una calle sin mirar a los lados por estar distraídos en el “problema”, corremos
el riesgo de tomar decisiones que nos afecten negativamente o afectar a otros,
corremos riesgo porque al perder el enfoque en nuestra vida por una situación en
particular nos volvemos vulnerables, y al deprimirnos queremos dormir, descansar,
quedarnos quietos e incluso encerrarnos en casa, ¿no es desde muchos puntos de
vista una manera de protegernos?, piense en esto, su pareja lo deja y aparte ve
como le ha sido infiel y mantiene otras cinco relaciones, ¿su mente está clara
luego de enterarse de esto?, no, por eso se deprime, no por la falta que cometió
su pareja, sino como método para que no sufra un accidente o tome una mala decisión,
su depresión lo está protegiendo, su inconsciente mando esa solución de
supervivencia, y así sucede con cualquier otro síntoma.
Bien, y entonces ¿debemos celebrar la depresión?, tanto como
celebrarla no, pero si agradecerle, al hacer esto la aceptamos desde una
perspectiva diferente y eso nos permite gestionarla y encontrar el mensaje y el
conflicto o la situación de origen para poder trabajarla de raíz, eso nos
permite hacer una toma de consciencia para que así cualquier tratamiento que le
estemos dando a esa depresión sea cien por ciento efectivo, ¿Por qué? Porque ya
no solo vamos a tratar los síntomas, sino que vamos a generar un cambio desde
la semilla del “problema”.
Así que cuando entre en depresión vívala, acéptela, no le huya, no
intente cambiar su conducta a las malas sino más bien recíbala para que así
ella misma le abra los ojos y le haga tomar consciencia para luego despedirla.
Luis Giovanni Castañeda Ramírez
Procesos de desarrollo de consciencia.
Sesiones terapéuticas, charlas
y talleres enfocados al estudio de la mente desde una perspectiva espiritual.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario